La arenga de la Presidenta, Claudia Sheinbaum del 15 de septiembre en el Zócalo capitalino provocó tanta conversación solo por atreverse a quitarle el apellido de casada a Doña Josefa.

En medio de las vivas desapareció la tradicional Josefa Ortiz de Domínguez y desde el balcón presidencial conocimos a Josefa Ortiz Téllez-Girón. Y si bien esto no cimbró a la plaza de momento, la súbita soltería de Doña Josefa, reventó en ese territorio infernal de polarizaciones que son las redes sociales.

Mientras muchas, muchísimas arrobas celebraron que la heroína de los libros de texto sea ya personaje en sí misma, sin la venia nominal del cónyuge, otros muchísimos comenzaron a hiperventilar porque a Doña Josefa la estaban arrancando del lecho conyugal y porque la Presidenta «osaba, una vez más, atentar contra lo que nos es sagrado e imponer una nueva visión de la Historia.

Al respecto, esta mañana la Presidenta de México aclaró el por qué mencionó el nombre de Josefa Ortiz sin su apellido de casada en su primer Grito de Independencia: «las mujeres no somos de nadie». 

Con información de Gabriela Warkentin.