Burt Shavitz, conocido como el hombre de Maine de la barba desordenada y de espíritu libre, el apicultor, el bromista, el amante de los Golden Retrievers, el reverente observador de la naturaleza, y el rostro gentil que sonríe en la cubierta de Hand Salve.
Sobre todas las cosas, Burt siempre fue Burt. Un individuo intransigente, moldeado por el ahora y por sus curiosidades más que por sus ambiciones o el plan de alguien más. Nunca se embarcó en cambiar al mundo, pero fue un pionero que se encontró siempre en el precipicio del progreso.
1985
Burt Shavitz y Roxanne Quimby, él apicultor y ella artista, eran una pareja amante de la naturaleza. Cuando Roxanne comienza a hacer velas con la cera de abeja restante de las colmenas que tenía Burt en Maine, nace Burt’s Bees.
1989
Cinco años después, una boutique de la ciudad de Nueva York se enamora del arte que tenían las velas y, a través de ese comercio, empazaron a vender cientos de ellas.
1991
Gracias a una receta que encontró Roxanne en un diario de un granjero del siglo XIX, agregaron el bálsamo labial a su línea de productos. Con una receta perfeccionada, se convirtieron en su producto mejor vendido desde su lanzamiento. ¡Todavía lo sigue siendo!
1998
El lanzamiento de su crema de limón para cutículas (fabulosa para los dedos también) los hizo ganar 30 premios, incluyendo 4 Allure para lo “Mejor en Belleza”, y los impulsó a expandirse en el cuidado personal.
1999
19 años después de su nacimiento, Burt’s Bees se vuelve internacional. En los años siguientes comenzaron a llevar sus productos para el cuidado y el bienestar natural al Reino Unido, Irlanda, Canadá, Hong Kong y Taiwán.
2003
Lanzaron sus protectores labiales con brillo que ofrecen un cuidado natural y el color exuberante de la naturaleza. Un producto ideal para aquellas mujeres que buscan un cuidado de belleza más natural.
2008
Burt expuso acerca del Colapso de las Colonias que marcó un antes y después ante la difícil situación de las abejas. Él la conocía mejor que nadie. Posteriormente, en 2012, la campaña se conoce como “Wild for Bees®”. Al mismo tiempo, colaboraron con la Asociación de Productos Naturales para desarrollar el estándar natural para productos de cuidado persona.
2011
Gracias a sus prácticas y empaques sustentables, Burt’s Bees es nombrado #1 en la encuesta de marcas ecológicas ImagePower realizada en Estados Unidos. Esto se debe a que no envían desechos a vertederos, convirtiendo los productos secundarios de su basura en combustible, electricidad e incluso cemento!
Amor por el campo
“La naturaleza no espera por ti para que así puedas ver lo que ella está haciendo. Hay una estacionalidad para todo. Vivir en el campo y tener la oportunidad de ver las estaciones, para mí, es una de las alegrías de la vida”, este fue un sentimiento hermoso, expresado por un hombre que no tenía un reloj despertador, sino que prefería levantarse con el sol de la mañana brillando por la ventana.
Amor por las abejas
Mucho antes de que existiera Burt’s Bees, solo estaba Burt y sus abejas, y la miel que vendía en la parte trasera de su camión.
Hasta el final de sus días, prefirió manipular las colmenas con sus manos descubiertas, conectándose directamente con los pequeños, simples y trabajadores insectos que ayudarían a construir un legado extraordinario. 
Las abejas son una fuerza indispensable para la naturaleza ¿Cómo podemos cuidarlas?
Además de fabricar algunos de los productos más nobles de la naturaleza (como la miel, la jalea real o la cera de abeja), cumplen un papel muy importante en el mantenimiento de la biodiversidad de los ecosistemas y son las responsables de polinizar un tercio de los alimentos más nutritivos que comemos a diario. ¿Algunos ejemplos?
Peras, manzanas, frutillas, arándanos, melones, pepinos… todos ellos son posibles gracias al trabajo incansable de las abejas, que cada día visitan entre 30 y 50 flores, transportando el polen de unas a otras y permitiendo la fecundación. A ellas les debemos muchos de los ingredientes de la naturaleza con los que hacemos los productos Burt’s Bees.
Por ejemplo, las almendras que usamos en nuestros aceites y cremas, los arándanos presentes en nuestros jabones y exfoliantes, el girasol de nuestros bálsamos labiales y, por supuesto, la miel, la cera de abeja y la jalea real, que están entre los ingredientes naturales más nutritivos del mundo. Lamentablemente, la población mundial de abejas viene desapareciendo a tasas alarmantes desde hace varios años. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), el número de abejas en el mundo disminuyó un 20 por ciento en los últimos 15 años. Algunas de las razones son la propagación de ciertos parásitos, el cambio climático, la creciente urbanización, la popularización de algunos pesticidas y la expansión de los monocultivos (al no haber diversidad de especies vegetales, las abejas se quedan sin alimento en determinados momentos del año).
Las abejas nos dan mucho, ¿cómo podemos ayudarlas
Te damos tres ideas simples para colaborar con su causa. ¡Entre todos podemos ayudarlas!
Apoyar huertas orgánicas que no utilizan pesticidas: Las abejas necesitan alimento limpio y saludable (¡tú también!). Compra y consume alimentos orgánicos. La agricultura orgánica todavía es minoritaria, pero si todos consumimos este tipo de productos, la oferta se irá ajustando a la nueva demanda y cada vez habrá más productos orgánicos disponibles, y más baratos.
Plantar flores silvestres, que son la fuente de su alimento: Crea espacios naturales donde las abejas puedan polinizar. No hace falta que sea enorme, si cada uno aporta su granito de arena las abejas lo agradecerán.
Ayudar a la comunidad de apicultores comprando su miel: Ayuda a preservar las abejas, ayudando a sus mejores compañeros. La próxima vez que quieras miel, en lugar de ir al supermercado, cómprales a los productores locales. De esta manera, además de llevarte una miel deliciosa, estarás ayudando a las abejas.
Más información en
Sin comentarios