Melly Barajas es una de las pocas mujeres en el mundo que fabrican tequila. Por ejemplo, de las cerca de 170 fábricas de tequila que existen en México, alrededor de 12 son propiedad de mujeres. Este factor tiene una fuerte influencia en la inclusión de más mujeres en la industria.


Su nombre es Melly Barajas Cárdenas, y gracias a varios reportajes internacionales, muchos la llaman ahora la «reina del tequila». Es mexicana originaria de Guadalajara, Jalisco, y lleva más de dos décadas dedicándose a la elaboración y venta de la bebida milenaria tan típica de su tierra, fruto del agave azul.

Barajas empezó su camino en este sector casi por casualidad. De hecho, abrió desde cero su propia destilería sin apenas saber nada del negocio. Una industria que en México genera más de 70 mil empleos, de los cuales la mayoría se desarrolla en el campo. Cada año, el país produce 374 millones de litros de tequila. De éstos, se exportan 286 millones de litros a más de 120 países, generando una derrama en divisas de 2,300 millones de dólares (mdd).

Además es una industria fuerte que, hasta hace poco, se identificaba como profundamente masculina, asociada a la imagen de los rancheros a caballo. Sin embargo, desde hace unos años, se percibe una mayor apertura a la participación femenina.

Hizo un cambió radical 

Ella era diseñadora de moda en las tardes y en las mañanas era educadora, trabajaba como maestra en una guardería. Pero su papá, quien era lo máximo para ella, un día estando en su casa de campo, en Mazamitla, le enseñó una revista en la que se leía que Europa le había otorgado a México la denominación de origen del tequila.

Él amaba Europa y viajaba allá cada vez que podía, así que esa noticia le puso muy contento. Entonces se le ocurrió decir que a él le gustaría tener un tequila con su nombre. Y así comenzó la odisea, cuenta Barajas.

Fue entonces que comenzó a forjar un mundo totalmente nuevo para ella. Quería que se llamara como su papá («Don Antonio») pero no se pudo. Al final llamó Vinos y Licores Azteca, aunque solo produce tequila, a su nuevo negocio.

Lo más difícil de todo fue empezar de cero.

Cerró su fabriquita donde hacía ropa, renunció a las clases con niños y se dedicó cien por ciento al negocio del tequila, un sector que está dominado por hombres, que tienen más del 90% de las casas tequileras, y además como maestra tequilera, contrató sólo a mujeres en su empresa.

«Tuvimos que aprender a hacer todo el proceso puras mujeres, no porque yo lo quisiera, sino porque realmente llegaron sólo mujeres cuando pusimos nuestros anuncios para buscar personal para la fábrica», explica.

Quizás debido a que en los pueblos de México, muchos hombres emigran a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Entonces, la mayoría de quienes se quedan son mujeres.

«Al principio, eso me asustaba porque algunos procesos del trabajo son muy duros. Por ejemplo, las piñas -el agave partido- que hay que moler pesan unos 20 o 22 kilos. Y yo decía: «¡Ay, caray! ¿Vamos a poder?». Y sí, sí se pudo.

Posteriormente pudo contratar hombres, pero optó por seguir empleando a puras mujeres, lo tomó como norma hace años.

«Ahora tengo 21 personas a mi cargo. Son chicas del pueblo, de Valle de Guadalupe, y de otro que está como a media hora. Hay chicas muy jovencitas y señoras grandes, pero están acostumbradas a hacer trabajos duros, como ordeñar».

¿Cómo es trabajar solamente con mujeres?

Melly Barajas, asegura que trabajar con puras mujeres es increíble, es otra cosa. Las mujeres tenemos cierto tacto, magia y energía diferente para hacer las cosas. La energía femenina es muy importante en los negocios. En su caso el resultado es lo que ella llama un tequila «con aroma de mujer».

Y aunque es un mundo de hombres y hay de todo tipo. Algunos celosos de su éxito le pusieron muchas piedras en el camino, sin embargo otros la ayudaron muchísimo, platica.

Ha ganado premios, logró ventas en lugares donde otras personas no vendían y hacer botellas diferentes. 

Han pasado 20 años desde que inauguró su empresa en 1999. Ahora produce tequila blanco, reposado, añejo y extra añejo para sus tres marcas y para otras que la contratan.

«Empezamos en un mundo donde ya había demasiados tequileros de muchísimos años, abolengos, de siglos completos, entre familias y demás y logramos abrirnos camino», expresa la maestra tequilera.

 

Con información de la BBC.