La noticia ha impactado con fuerza en el mundo del deporte internacional: Lia Thomas, la nadadora transgénero estadounidense en el centro de una controversia, perdió su última apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Esta decisión pone fin definitivamente a sus esperanzas de participar en los Juegos Olímpicos de París 2024 y marca un punto de inflexión decisivo en el acalorado debate sobre la inclusión, la igualdad y la equidad en el deporte femenino.
Lia Thomas, exnadadora universitaria que hizo la transición antes de dominar varias competiciones femeninas de la NCAA, se había convertido en una figura polémica, símbolo de progreso para algunos y fuente de profunda preocupación para otros en relación con la equidad en el deporte. Desde su controvertida victoria en el Campeonato Universitario de 2022, numerosas federaciones deportivas y atletas profesionales han expresado su inquietud, argumentando que la biología sigue siendo un factor determinante en el rendimiento atlético.
El fallo del TAS, emitido tras meses de procedimientos, confirma la prohibición impuesta por la Asociación Mundial de Deportes Acuáticos (anteriormente firme), que dictaminó en 2022 que las atletas transgénero que habían pasado la pubertad masculina ya no podían competir en competiciones femeninas de élite.
La defensa de Lia Thomas, basada en argumentos de discriminación y el derecho a participar, no convenció a los jueces, quienes consideraron que la sentencia perseguía el objetivo legítimo de proteger la integridad del deporte femenino.Pero más allá de esta exclusión, Lia Thomas se enfrenta ahora a una sanción histórica.
Varios comités olímpicos y organismos deportivos nacionales planean reclasificar algunas de sus victorias pasadas como “inválidas” debido a lo que ahora denominan una “ventaja biológica injusta”.
Algunos ya hablan de la sanción más severa jamás impuesta en la historia del deporte moderno por lo que ahora se denomina, con palabras encubiertas, trampa.La reacción de la comunidad deportiva fue inmediata y apasionada. Muchas atletas, ex oponentes de Lia Thomas, expresaron alivio y emoción.
“No es una victoria contra una sola persona, es una victoria para todas las chicas que creen en la justicia y el mérito”, declaró Riley Gaines, ex nadadora de alto nivel y activista sobre el tema.Los defensores de los derechos LGBTQ+ están profundamente decepcionados por la decisión. Denuncian el regreso y la brutal exclusión de una atleta que respetó todas las normas de transición médica.
En un comunicado publicado poco después de la decisión, Lia Thomas expresó su tristeza pero también su determinación: “Seguiré luchando por un deporte más inclusivo, incluso si eso significa renunciar a mis sueños personales”.
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