Las mujeres adultas mayores son pioneras en las resistencias #feministas y, sin embargo, muchas veces están invisibilizadas en ellas.  La semana pasada el SUIEV UNAM llevó a cabo la conferencia «La lucha feminista también tiene canas» para explorar esta y más preguntas.

El Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez de la UNAM (SUIEV) organizó la conferencia «La lucha feminista también tiene canas: claves gerofeministas para América Latina y el Caribe», en el cual participaron Agnieszka Bozanic Leal, de la Universidad Andrés Bello en Viña del Mar, Chile, y Verónica Montes de Oca, Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales y coordinadora del SUIEV.

Agnieszka abrió la conversación al preguntar a la audiencia cómo se conforma el imaginario colectivo sobre la vejez y las personas mayores, surgieron palabras como dependencia, cansancio, tiempo, enfermedad, soledad, entre otras. Estos estereotipos, explicó, aparecen del lenguaje viejista, que dan origen a discriminaciones y prejuicios hacia las personas mayores.

Tan sólo en el contexto de Chile, donde radica su investigación, los datos arrojaron que el 68% de las personas consideran que las personas mayores no pueden valerse por sí mismas (Encuesta Salud PUC, 2020), y el 20% los concibe a este grupo etario como una carga para la sociedad. Estos datos no distan mucho sobre cómo se perciben a sí mismas las personas mayores, donde casi el 45% de ellas considera su edad como la primera causa de la discriminación que viven. El 80% considera que la sociedad las ve como una carga. 

Para Bozanic Leal, el viejismo, es decir la cultura discriminatoria contra las personas mayores, no es sólo una cuestión moral y ética, también es una problemática de salud pública y de gasto fiscal en los países. El viejismo está tan normalizado que no lo percibimos, pero que podemos hacer una analogía con un iceberg, en el que al fondo encontramos el lenguaje viejista, prácticas de control, invisibilización y exclusión; mientras que la superficie se encuentran acciones como la agresión física, intimidación, desautorización, entre otros. 

Ambas investigadoras enfatizan cómo el machismo atraviesa este sistema de discriminación, de manera laboral, social y cultural. Por ejemplo, de acuerdo a la OMS (2021), las mujeres tienen un limitante para entrar al campo laboral a los 40 años, en comparación de los hombres, a la edad de 45 años. Previous

Vejeces y feminismos 

Bozanic propone un avance ante la deuda de los feminismos con las mujeres mayores, indica que los feminismos están centrados en el cuerpo fértil. Menciona que, en ocasiones dentro del feminismo, son las mismas mujeres en su vejez quienes demandan acciones por las más jóvenes, olvidando la realidad de las adultas mayores.

“No es lo mismo la ausencia de mujeres mayores en el feminismo que ausencia de sus demandas dentro del feminismo”: Mónica Navarro, 2021. 

Ante este panorama, resaltó la creación en el año 2020 de la Red GeroFeminista de América Latina como una propuesta de colectividad desde una perspectiva gerontológica feminista y contrahegemónica, que es inclusiva con las mujeres mayores y/o con discapacidad. Agnieszka Bozanic resaltó que la red no busca hacer una separación más en los colectivos feministas o gerontológicos, sino que desea que todas las mujeres actúen en pro de los derechos de la vejez, dado que es una etapa de vida que también les atraviesa.

Durante la charla se propusieron cinco claves gerofeministas para América Latina y el Caribe:

  • Sobre la memoria y resistencias. Reconocer que las mujeres mayores han sostenido movimientos sociales, como lo son las Lideresas mapuches en Chile, las Lideresas de Villaverde en España o la Revolución de las Viejas en Argentina. 
  • Saberes en la vejez. En la actualidad las mujeres mayores son productoras de teoría viva, no solo de la memoria, ya que generan saberes sobre la resistencia, el cuidado, el deseo y la supervivencia. 
  • Participación social y liderazgo. Visibilizar a las mujeres mayores lideran, especialmente en las comunidades que se organizan como territorios políticos, y que proponen soluciones desde el cuidado, el encuentro y la participación. 
  • Comunicación y representación sin viejismo. Exigir a los medios de comunicación a romper con los estereotipos que representan a la vejez femenina, asimismo haciendo énfasis en la necesidad de un lenguaje que libere, sin promover imaginarios irreales. 
  • olíticas públicas gerofeministas. Que enfrenten a las políticas asistenciales y biomédicas para personas mayores, ya que desde el gerofeminismo se propone un enfoque en los derechos humanos, de autonomía y de participación de la vejez. 

Al término de la conferencia, Agnieszka Bozanic y Verónica Montes de Oca invitaron a la reflexión sobre el envejecimiento y su relación con el movimiento feminista, que reconozca las diferentes condiciones como el género, la edad, la clase, la ruralidad y la diversidad funcional, con el fin de generar espacios feministas que de verdad incluyan a todas.  El feminismo actual discrimina a las mujeres mayores.

“Muchas chicas llegan al feminismo desde el dolor, pero les falta entrenamiento político”, Marta Lamas. 

 

 

Con información de la UNAM

Foto: IIS-UNAM