No hay energía «masculina» o «femenina»: Ambas energías son necesarias para un equilibrio personal y no deben asociarse a un género específico.
Riesgo de estereotipos: La forma en que se populariza la «energía masculina» y «femenina» puede reforzar estereotipos de género, encasillando a las personas en roles tradicionales.
Lo ideal es considerar como equilibrio vital tener o fomentar en cada persona ambas energías, ya que lo más saludable es un equilibrio entre ambas energías en hombresymujeres, permitiendo la flexibilidad entre la acción y la receptividad, la lógica y la intuició.
La llamada energía masculina en una mujer se refiere a la expresión de cualidades como la acción, la estructura, la fuerza, la determinación y el liderazgo, que también se asocian tradicionalmente con lo masculino, si embargo, estas cualidades no deben asociarse a un solo género, ya que, ambos habitan en todas las personas, hay que desarrollarlos.
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